La OMS en el estudio “Depresión y otros desórdenes mentales comunes” presentado en el 2017 (Leer Documento) , señala que en Chile 844.253 personas mayores de 15 años sufren depresión y otras 1.100.584 padecen ansiedad. Mostrando una clara brecha diferenciada por género, en donde un 8.5% de hombres que padecería alguna enfermedad de salud mental como las señaladas y las mujeres un 25.7%, ¿Por qué estas diferencias?
¿Por qué será que las mujeres nos encontramos, según las estadísticas, más propensas a padecer algún trastorno de salud mental?
Si bien existen una multiplicidad de factores, entre ellos aquellos ligados a lo biológico, relacionado con las hormonas y las etapas de la vida en la cual nos encontramos (embarazo, días de ovulación, menopausia…), hay uno importante de destacar, el cual influye no sólo en la salud mental de las mujeres, sino que también en la de la población infantil y en el desarrollo del propio país y se refiere a la multiplicidad de roles que una mujer puede llegar a ejercer en una misma etapa de su vida, y muchas veces esto sucede porque nos enseñaron a vivir para y por el otro, nos convertimos en expertas en leer emocionalmente al otro, lo cual no es malo, al contrario, pero en el camino nos olvidamos de nosotras, pues por leer al otro dejamos de leernos e interpretarnos a nosotras mismas.
Dime algo, ¿Cuántas veces a la semana haces algo que te gusta y que sea pensado sólo para ti?, ¿Sabes que es lo que te gusta actualmente a ti, como mujer? Si no has podido responder estas preguntas, o tu primera respuesta tuvo relación con tus hij@s, tu espos@ o a tus padres, entonces, a ti te hablo.
Cuando nos dejamos de lado tristemente nos vamos olvidando, tal como sucede en la película Intensamente (Pixar, 2015) con el personaje Bing Bong, vamos desapareciendo y eso afecta directamente en nuestra alegría, nuestro disfrute y nuestra calidad de vida. Sabemos que nuestra familia y nuestro entorno es importante, pero olvidamos terriblemente esa frase que solemos repetir y repetir pero nunca nos detenemos a ver el real sentido de aquella, y es que “si yo no estoy bien, mi familia tampoco lo está”, si nosotras no estamos bien, los que nos rodean tampoco lo estarán, porque una enfermedad de salud mental no solo deteriora nuestra vida, sino también la de las personas que más frecuentamos.
Por lo mismo, tú mujer que me estás leyendo, el llamado es a ser responsables con nuestra salud mental, con nuestra felicidad y nuestro propio desarrollo, mírate, encuéntrate y amate.