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Salud Mental y Mujer

SALUD MENTAL Y MUJER

  Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.000 millones de personas en todo el mundo sufren trastornos de salud mental, y en nuestro país, más de 1 millón de chilenos sufre ansiedad y 850 mil padecen depresión. Por otro lado, según el informe “Un año del Covid” de la consultora IPSOS (2021), nuestro país, ocupa el 2do lugar por enfermedades de salud mental y emocional, evidenciando la realidad de los chilenos y chilenas.

En otro estudio llamado “termómetro de la salud mental en Chile” realizado por ACHS y UC en el año 2022, se reveló que todas las dimensiones estudiadas en salud mental, han tenido un impacto mayor en las mujeres que en los hombres.

En relación al sentimiento de soledad, 1 de cada 5 chilenos se siente solo o sola, siendo esta cifra impulsada por el 25% de las mujeres, mientras los hombres llegaron a un 17%.

En la dimensión de Insomnio, la evidencia muestra que el 16,3% de las mujeres tiene problemas para dormir en relación a los hombres con un 8,2%.

En relación a la ansiedad generalizada, la muestra indica que las mujeres tienen una carga mayor con respeto a esta sintomatología en 31% a diferencia de los hombres que alcanzaron un 15%, y en la dimensión de síntomas depresivos las mujeres reportan un 17% de presencia de síntomas moderados o severos en relación a un 11% en los hombres.

Con estas estadísticas queda en evidencia que las mujeres tenemos una tendencia a algunas patologías de salud mental, dentro de las cuales podemos identificar trastornos ansiosos, depresivos, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos de estrés post traumático, trastorno de pánico, temor a la soledad, agorafobia, dolor crónico, entre otros, a diferencia de los hombres, los cuales, tienen menores indicadores y patologías en salud mental.

Estas brechas entre hombres y mujeres en salud mental, ha sido observada por diversos estudios de base clínica, los cuales nos indican que no existe relación o una mayor vulnerabilidad biológica en las mujeres para padecer estas enfermedades, es decir, esta información nos permite mirar que existen otros factores como, las condiciones de vida, el contexto cultural y las diferencias sociales que explican las desigualdades de género en salud mental.

Entonces: ¿Cuáles son las desigualdades de género en salud mental que afectan de manera distinta a las mujeres y hombres?

La explicación al deterioro de nuestra salud mental se sitúa en la sociedad donde vivimos, es decir, los constructos sociales, las definiciones del ser mujer, la invisibilización de la crianza y el cuidado de otros, las normas y roles de género, la violencia y cosificación hacia la mujer, y el género condicionan de forma directa las experiencias que vive una mujer, ya que, dependiendo de su sexo biológico, la sociedad le enseñara e impondrá como debe comportarse, verse, y sentir en la cultura donde viva.

Las mujeres hemos crecido en una cultura que desde temprana edad no has tratado de “lloronas”,” el sexo débil”, “histéricas”, “sensibles”, “emocionales”, “pasivas”, “inestables”, con altos niveles de exigencias sobre nuestro cuerpo y belleza, obligándonos a estar delgadas, comer menos, usar ropa ajustada, ser “femeninas”, “cerrar las piernas”, hablar suave, ser sumisas, y tantas afirmaciones que nos hacen daño.

Por otro lado, se nos exige ser perfectas, ser exitosas, casarnos, tener hijos, ser dueñas de casa, trabajar, ganar dinero, en un lugar donde nos discriminan, donde existen brechas salariales, baja corresponsabilidad parental y del hogar, con normas hegemónicas que reprimen nuestra sexualidad e identidad, bajo la tutela de la patria abusiva y dañina que nos vulnera, enferma y mata.

Ahora quizás, podemos entender porque las cifras en salud mental son más altas en las mujeres que en los hombres, nuestra salud mental está deteriorada solo porque somos mujeres en una sociedad de hombres y para revertir estas cifras necesitamos que las políticas públicas incluyan perspectiva de género, donde se visibilice y garantice el adecuado tratamiento de nuestras necesidades.
PS. Karina Martínez.