Nos encontramos en una época de transformación o transición de las relaciones amorosas en la cual se redefinen conceptos como los de amor, confianza y fidelidad. Por un lado, observamos como la palabra “amor” se va desmarcando en el imaginario colectivo desde la “costumbre”, la “carga” o el “destino”, para configurarse como parte de una elección personal, desligada en gran medida de factores externos a la pareja, y sustentada en las cualidades personales, individuales, de sus miembros. Hoy podemos afirmar que la relación de pareja tiende a volverse, en algunos casos, un vínculo que se mantiene sólo en tanto brinda satisfacción emocional. En la actualidad las parejas buscan que la relación amorosa debe ser equilibrada y recíproca; que la unión puede romperse en la medida en que alguna de las partes no se sienta satisfecha; también realizan cierta reflexión sobre los vínculos que mantienen unida a la pareja y sobre su fortaleza; y suponen que la relación está fundamentada en un acuerdo y que se deben recompensar los esfuerzos realizados por el otro/a; asimismo, existe cierta disposición a mantener la relación por decisión más que por “inercia”. Ninguna relación es totalmente desinteresada y todas se mantienen en tanto que sus miembros aportan algo. Por otro lado, resulta importante hacer un apunte sobre la forma en que los miembros de las parejas demuestran afecto y se satisfacen emocionalmente, ya que la demostración de afecto y la preocupación por el otro se expresa de diferentes maneras y en diversas dimensiones según los distintos contextos; No se enfoca netamente a un “conocer al otro”, desde la apertura mutua o la relación pura. Estas prácticas no tienen que ser necesariamente las que las parejas siguen en la vida cotidiana ni su forma ideal de intimidad. Muchas personas visualizan su relación en términos de complementariedad. El compartir roles y responsabilidades dentro de una relación de pareja apunta al trabajo colaborativo en pos de construcción y logro de sueños y objetivos, es decir, se trabaja para la familia, uno/a cuida la casa para un otro/otra y para su familia, lo que puede ser en sí mismo un acto de amor.
PS. José Luis Rojas
Terapeuta de parejas, adultos y adolescentes